¿Quién prendió fuego al Instituto Egipcio?
EL PAIS - Por: Javier Valenzuela | 19 de diciembre de 2011
En 1992 la Biblioteca Nacional de Sarajevo, seña de identidad de una Bosnia donde convivían musulmanes, católicos, ortodoxos y judíos, fue arrasada por un incendio causado por el bombardeo de la artillería serbia. Con aquella barbarie, los sitiadores de Sarajevo confirmaban que estaban dispuestos a todo con tal de terminar con el secular pluralismo bosnio e imponer la limpieza étnica.
Casi veinte años después, el pasado fin de semana, el Instituto Egipcio de El Cairo ha resultado gravemente dañado por un incendio que, entre otras piezas valiosísimas, ha destruido la copia original de laDescription de L´Egypte, los veinticuatro volúmenes ilustrados que Napoleón encargó al grupo de científicos que le acompañó durante su campaña en el Valle del Nilo. Otros miles de libros y documentos perecieron asimismo entre las llamas.
¿Quién prendió fuego al Instituto Egipcio? Probablemente nunca obtendremos una respuesta satisfactoria a esta pregunta. Ni tan siquiera sería capaz de encontrarla el avispado Yusuf Jalifa, el policía egipcio que protagoniza los thrillersarqueológicos del británico Paul Sussman. En cambio, lo que sabemos con absoluta certeza es quién intentó denodadamente salvar los valiosos materiales del Instituto Egipcio. Fueron los manifestantes que, con el de hoy ya hace cuatro días, se enfrentan a fuerzas militares y policiales en el centro de El Cairo para exigir que su revolución no sea secuestrada por la Junta del mariscal Tantaui.
Lo sabemos no sólo por sus testimonios, sino por el reconocimiento oficial efectuado por el doctor Zein Abdel-Hadi, responsable de las bibliotecas y archivos egipcios. En declaraciones recogidas por el diario cairota Al Ahram, Abdel-Hadi ha expresado su gratitud y admiración por el trabajo que durante toda una noche de pesadilla hicieron cientos de manifestantes para rescatar códices, manuscritos y libros del edificio en llamas ¡mientras eran hostigados por las fuerzas antidisturbios!
Testimonios de blogueros y tuiteros demócratas, como el de la autora deEgyptian Chronicles, informan que los manifestantes rogaron a las numerosas fuerzas de seguridad presentes en la zona que apagaran el fuego y recibieron carcajadas como respuesta. Según estos testimonios, el fuego arrancó del interior del edificio, donde estaban apostados elementos militares y policiales que participaban en la represión. Algunos de estos elementos fueron vistos arrojando desde el tejado cócteles molotov contra los manifestantes.
Logos Candidaturas Elecciones Egipcias
Los enfrentamientos en Tahrir y alrededores prosiguen hoy por cuarto día consecutivo. Ya se han cobrado más de una docena de vidas y los heridos y detenidos se cuentan por cientos. Esta nueva ronda de protestas se inició el viernes tras el nombramiento por parte de los militares de un nuevo primer ministro poco apreciado por los revolucionarios. Desde entonces, un muro impide acceder a las sedes del Gobierno y el Parlamento y, para protegerlo, soldados y policías no sólo usan material antidisturbios y armas de fuego, sino también piedras y cócteles molotov.
La situación que vive Egipto es tan delirante que, entretanto, prosiguen las elecciones.
En la anterior ronda de protestas, la de noviembre, la historia más espeluznante fue la del policía francotirador llamado Cazador de ojos, especializado en dejar tuertos a los manifestantes. En esta, la foto de una muchacha golpeada, semidesnudada y arrastrada por un grupo de soldados está simbolizando la brutalidad de la Junta Militar del mariscal Tantaui. En un artículo publicado en The Guardian, la escritora egipcia Ahdad Soueif interpreta esa foto como un regreso de la práctica machista de humillar particularmente a las mujeres opositoras que caracterizó al régimen de Mubarak.
Por realista, mi policía egipcio de ficción favorito es el sórdido inspector Nur al Din, de Mendigos y orgullosos, la obra maestra de Albert Cossery (El Cairo, 1913-París, 2008). Pero ese personaje no tuvo continuación y tampoco puede catalogarse de thriller la novela de Cossery. Así que, puesto que lo cité arriba, levantará acta de que el inspector de homicidios y apasionado de la arqueología Yusuf Jalifa, de la Policía de Luxor, reaparecerá en 2012 en la próxima novela de Paul Sussman, titulada The Labyrinth of Osiris. Como en las anteriores obras de Sussman, un periodista, arqueólogo y escritor británico, el inspector Jalifa abordará una trama en la que se combina el presente de Egipto y Oriente Próximo con ese pasado faraónico de tan poderoso y permanente atractivo en el imaginario mundial.
Debolsillo viene publicando en castellano los libros de Sussman (“El enigma de Cambises”, “El guardian de los arcanos”, “El oasis secreto”).
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